Durante el día el hotel de Jerusalén donde se aloja este enviado vive un recreo infantil permanente. Los grititos comienzan a llegar desde la mañana, de bebes llorando al despertar, luego los juegos, los enojos, los padres calmando o retando y vuelta a comenzar.
En especial la escena crece hacia el atardecer cuando una legión de chicos corre con patines o sin ellos por los pasillos del edificio y el amplio vestíbulo de ingreso, con multitud de adultos hablando en voz alta para entenderse en medio del bullicio de los chicos.
Subir y bajar del ascensor es un juego que hay que recibirlo con sonrisas, siempre están todos los botones activados, y los elevadores con dos o tres de estos pequeños mirando con picardía mientras el aparato cansinamente se detiene una y otra vez en cada piso. Todo bien. Son refugiados y están aquí salvando sus vidas.
La estampa es una curiosidad sobre la guerra en marcha. Nada común para un extranjero. El gobierno ha evacuado a los habitantes de las poblaciones del sur de Israel en cercanías de la Franja de Gaza, debido al conflicto y por la persistencia del ataque con cohetes que lanza la banda terrorista Hamas hacia territorio israelí.
Lo mismo está ocurriendo en el norte. El vecindario de la frontera con el Líbano, en el cual hay una creciente actividad de la organización Hezbollah, está siendo removido para su defensa y trasladado a las ciudades más importantes, Tel Aviv o Jerusalén, especialmente.
Por ahora, 28 mil habitaciones
Según datos oficiales de la Asociación de hoteles de Israel, la mitad de las habitaciones del sistema en el país se están utilizando para alojar a familias evacuadas. Israel dispone de 56.000 habitaciones de hotel y 28.000 se están proporcionando a los refugiados. Los gastos de ese alojamiento y alimentación, los financia el Estado, según indicó la directora ejecutiva de la asociación, Yael Danieli.
En tanto el conflicto se agrava y extiende, se sabe que hay otras 27 mil personas en camino para recibir el mismo tratamiento protector. El Knéset, el Parlamento, discutió en estos días el manejo de las compensaciones para los residentes afectados por la guerra. Además, hay una inversión necesaria para reconstruir lo que el brutal ataque de Hamas produjo en el asalto del 7 de octubre.
El otro efecto del fenómeno es que el turismo extranjero se congeló. Son enormes ingresos que no vendrán. No hay vuelos comerciales llegando al país. Lo que se ve en el aeropuerto es un gran movimiento de aviones de distintos países que llegan para repatriar a sus ciudadanos, argentinos entre ellos.
La importante cadena hotelera Dan informó en estas horas que sus hoteles en Jerusalén, Tel Aviv y Herzliya estaban siendo utilizados para los evacuados, mientras que su rival Isrotel confirmó que sus instalaciones en el balneario de Eilat, en el Mar Rojo, también están siendo destinadas a familias desplazadas y esperan un flujo aún mayor en los próximas días y semanas.
Brown Hotels, con sede en Tel Aviv, también encadenó sus 24 hoteles en el país para recoger a los evacuados. Esa empresa organizó además un área para que la gente done ropa y otras necesidades de los desplazados. Es que se careció logicamente de para organizarse en la evacuación y muchos debieron irse con lo puesto o poco más.
La mayoría de estas familias son ortodoxas. Se nota así por su vestimenta y el de los niños. También es fácil encontrarse con personas orando en el hall del hotel o toparse con rabinos con su clásico sombrero ancho.
Pero lo más interesante es la nube de chicos que vienen de vivir en casas en el campo, acostumbrados a una vida en la naturaleza y tienen que adaptarse una ciudad moderna y cargada de vehículos. Hay curiosidad y a veces aburrimiento. El hotel no es tan entretenido.
La noche del miércoles, los padres evacuados improvisaron una orquesta en el hall de ingreso con madres que inventaban juegos para los niños, a sabiendas que no es claro cuánto tiempo durará este drama y llegará el regreso a sus hogares.
Entre tanto, con mirada práctica, Yogev Gardos, director de presupuestos de Israel, dijo que la respuesta inicial del país fue financiar las necesidades de los militares y que ahora se dirigiría a la economía en su conjunto. Un capítulo son precisamente los evacuados.
«Dentro de unos días concederemos ayudas muy amplias a toda la economía, con un esquema que no compensará totalmente el 100% de los daños económicos porque el Estado no puede soportarlo», dijo a un comité parlamentario.
Jerusalén. Enviado especial