Lleg hace 15 aos en un cayuco a Tenerife y ahora trabaja destruyndolos. «Vi la cara del capitn con miedo y dije: ‘Nadie ms va a ver a su madre'», recuerda
En el puerto de La Restinga en la isla de El Hierro hay un mural grande que dice: «Al mar me dicta mi instinto, al mar que es un laberinto». Justo delante de esa pared unos trabajadores con una excavadora hacen aicos un cayuco de colores. Es uno de los que llegaron esta semana y cuando terminen, les quedan otros cuatro que esperan a ser destruidos bailando en el agua cerca del muelle, ms el que lleg este jueves con ms de 70 personas. Subido al camin que carga los restos de la patera hay un joven de Mali, de nombre Fousseni Diakite. Tiene 32 dos aos y lleg en una barcaza similar a las que hoy destruye el 7 de febrero de 2009 a la isla de Tenerife.
«Esa fecha no se olvida, amigo, es ms que tu cumpleaos», afirma.
Pregunta: Cuntos das estuviste en el mar?
Respuesta: 5 noches y 4 das
P.Y cmo es un da en el mar?
R. Un da no. Lo malo es cuando llevas dos das sin poder levantarte porque si te mueves te amenazan porque puedes desequilibrar la barca. Y vas sentado metido en el agua, porque la barca se inunda con las olas. Las piernas se hinchan, acabas con el culo herido, la polla herida y sin poder caminar.
A bordo tienen alguna galleta, manzanas, dtiles, aunque muchos no comen nada porque se pasan el trayecto vomitando y apenas dan unos tragos de agua. Llevaban GPS, hasta que dej de funcionar.
«Y entones empiezas a dar vueltas porque no sabes dnde vas. Yo vi la cara del capitn con miedo y entonces yo tambin tuve miedo, dije ahora s, nadie va a ver ms a su madre», rememora.
Fousseni naci en 1991, en Sikasso, una localidad al sur de Bamako donde todava estn sus padres a los que l manda dinero. Le preguntamos si tiene hermanos y responde: «Mi madre tiene 7 hijos, 4 machos y 3 hembras». Tal vez haya varios padres por el camino. Le pillamos en su primer da de trabajo aqu, en La Restinga, el pueblecito al sur de la isla que alberga varios clubes de buceo hasta donde se acercan muchos para sumergirse en la Reserva Marina del Mar de las Calmas.
«La cosa est jodida, frica se est quedando vaca, los jvenes se van porque no hay trabajo. Nosotros tenemos hierro, poda haber fbricas. Tenemos algodn, tenemos un montn de mango. Podamos hacer que la gente trabajara», protesta sobre la situacin de su continente.
P.Y los polticos qu hacen?
R. Los polticos all trabajan para Francia y para la OTAN.
P.Pero los jvenes saben que se juegan la vida cuando se suben a una barca?
R. Claro. All hay un montn de madres llorando porque no saben donde estn sus hijos. Pero mucha gente vive en pueblos sin luz y sin agua potable y si te manifiestas te mandan a la crcel o te matan. Aqu alguno puede salir futbolista, alguno puede ser luchador, otros se quedan sin nada, depende de la suerte.
Todo esto nos lo cuenta a gritos, porque mientras tanto sigue el estruendo de la mquina que tritura la madera como si fuera cartn. Llevan tanto tiempo en el agua que estn completamente podridas por dentro, nos cuenta otro trabajador. El mismo que le da unos guantes a Fousseni y le dice: «Lvalos y los traes maana, pero lvalos, porque si no se te infectarn las heridas de las manos». Aunque la que no se le va a curar nunca es la que lleva por dentro.
«Yo no vuelvo a subir ms, aunque me paguen millones, yo nunca ms», recalca.
P. Y se reza en la barca?
R. Claro! Todo el mundo se pone a decir el Corn y rezando, rezando hasta que Dios dice, coo voy a salvarlos ya.