Uno de los países más grandes de nuestro país se integró el 10 de diciembre a un nuevo ciclo político con un presidente -Javier Mileique- que definió su gestión como una «bisagra de la historia» y que viene en esa condición de inaugurar un nuevo paso político que se propone hacer borrón y cuenta nueva con los presupuestos sobre quienes fundaron el proceso democrático desde 1983 en particular y la política argentina del siglo pasado en general.
A partir de esas definiciones previas, el nuevo presidente impulsó dos iniciativas polémicas: la primera a través del DNU 70/2023, que modifica o deroga más de 300 leyes y que tiene como principal objetivo la desregulación de la economía argentina.
La segunda es una ley ómnibus que, en un texto de 350 páginas y 664 artículos contenidos a lo largo de estas páginas llamado «Bases y puntos partidistas para la libertad de los argentinos», propone transformaciones muy profundas en varios aspectos y en numerosos aspectos de la convivencia social en que se basa. sobre la regulación de la protesta social, la reforma del sistema electoral, la privatización de empresas del sector público y la regularización de activos económicos (blancos) sólo por mencionar algunas de ellas. Cabe mencionar el artículo 654, que impone la aprobación del DNU 70/2023 en plena aprobación de esta ley.
Es interesante conocer ciertos datos relacionados con el uso de los decretos de necesidad y emergencia desde 1983 a la fecha:
1. Confirmado en total desde el 12-10-1983 hasta el 12-9-2023 1380 Decretos de Necesidad y Emergencia-DNU con una promoción de 2,88 DNU mensuales.
2. Cinco expresidentes utilizaron el recurso de apelación para el fin del proceso: Eduardo Duhalde (9,29), Néstor Kirchner (5,09), Carlos Menem (4,36), Alberto Fernández (3,71) y Fernando De La Rúa (3,04)
3. Tres expresidentes utilizaron el DNU para el inicio del proceso: Raúl Alfonsín (0,34), Cristina Fernández (0,79) y Mauricio Macri (1,45).
4. Párrafo aparte para los 6 DNU que firmo Adolfo Rodríguez Saá en 7 días de gestión presidencial (0,85 DNU por día).
De los datos reportados se pueden tomar en cuenta varias consideraciones: la primera es que, en el caso de todos los presidentes que han utilizado el recurso del DNU a través de los medios de comunicación, su gestión se ubica en el contexto de crisis de carácter del terminal (o como al menos está permitido): económica (Carlos Menem), social (Fernando De La Rúa/Eduardo Duhalde/Néstor Kirchner) y sanitaria (Alberto Fernández), es el último producto de una pandemia de carácter global; La segunda es que en los casos de Raúl Alfonsín, Cristina Fernández y Mauricio Macri, la gestión de gobierno se implementó en el contexto de la “normalidad relativa” (CFK) o de la crisis “asintomática” (Alfonsín/Macri).
A la fecha, el presidente Milei ha dictado la reunión del DNU; Sobre la base de un diagnóstico serio de la crisis argentina -definida, un poco más, como la más grave de toda la historia- Javier Milei propuso a la sociedad argentina un programa de transformación radical de la economía, de la sociedad y del sistema político. Argentino, con el apoyo de las instituciones legislativas, el veto de distintas organizaciones sociales y el respeto condicionado a los mercados y la opinión pública: resolver la cuadratura del círculo parte I.
Al mismo tiempo, tras las iniciativas propuestas, el presidente adquirirá la facultad de concentrar la delegación de facultades a través de las instituciones legislativas (“La Casta”) para proceder a la desregulación del funcionamiento de la economía y la sociedad: como un solucionador de la cuadratura del círculo parte II.
La experiencia de los años 90 permitió resolver tres problemas similares: el de Carlos Menem, el de Alberto Fujimori y el de Fernando Collor de Mello. Estas tres alternativas serán las que en última instancia definan la gestión de Javier. ¿Miley?
Santiago Leiras es politólogo.