Estante número 8: “Productos para el hogar y alimentación animal”. Estante número 10: “Patatas fritas y galletas”. Y, entre los dos, en la estantería número 9, están “medicamentos y cuidado del bebé”. En este hipermercado británico, en este caso de la marca Asda, los medicamentos sin receta son productos como cualquier otro. Paracetamol, antialérgicos, pastillas para la garganta y laxantes se venden entre biberones y leche en polvo.
Esta competencia abierta, solo para medicamentos sin receta, es una de las claves para entender el sector farmacéutico del Reino Unido. Esto se traduce en precios particularmente bajos para estos productos. En este hipermercado, el paracetamol de marca propia Asda está a 39 peniques (45 céntimos) las dieciséis pastillas, las treinta pastillas contra la fiebre del heno se venden a 2,05 libras (2,40 euros) y las 36 pastillas para la garganta Strepsils a 6 libras (7 euros). Eso es 25% a 50% menos que en Francia, si comparamos los precios publicados en el sitio de farmacia en línea Shop-pharmacie.
La otra clave de cómo funcionan las farmacias del Reino Unido, para los medicamentos recetados, proviene de un sistema de salud centralizado. El Servicio Nacional de Salud (NHS), que es completamente gratuito para los pacientes, negocia muy duro los precios por lo que está dispuesto a reembolsar, lo que lo convierte en uno de los más baratos de los países ilustrados.
Tiendas funcionales y sencillas
En estas condiciones, entrar en una farmacia británica no da la impresión de entrar en un mundo semilujoso donde reina la parafarmacia. Las farmacias del Reino Unido, al igual que el sistema de salud en su conjunto, son más una tienda funcional y sencilla. “En promedio, solo el 10% de la facturación se relaciona con medicamentos sin receta. La gran mayoría, el 90%, proviene de los reembolsos del NHS”señala Leyla Hannbeck, directora de la Asociación de Farmacias Múltiples Independientes (AIMP).
Esto se traduce en una fuerte presión sobre los márgenes, tanto que el sector ha experimentado inevitablemente una concentración muy alta durante tres décadas. Hoy, de 14.000 farmacias en todo el Reino Unido frente a las 20.000 en Francia, alrededor del 40% pertenecen a algunas grandes cadenas: Boots, Superdrug, LloydsPharmacy… En las farmacias independientes, muchas ya no pueden llegar a fin de mes. De 2015 a 2022, el número de farmacias se redujo en 700; en 2023 se prevé el cierre de otros 600, según la AIMP.
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