Ser mujer, más todo el feminismo.

Ser mujer, más todo el feminismo.

Al estar en una época de “liberación femenina”, el movimiento representa cada día a menos mujeres. Así, al igual que el movimiento LGTB Q+, los grupos radicalizados y la oportunidad política partidista han conquistado a muchas mujeres que, por un principio, identifican y se apropian de la bandera del movimiento feminista.

La realidad es que hoy existe un movimiento feminista que, curiosamente, en su lucha por el fin de la hegemonía del hombre y la «igualdad», ha hegemonizado el debate e instalado la idea de que las mujeres merecemos tener más derechos que los hombres.

No es sólo eso, sino que también sentimos que algunas mujeres no están satisfechas con toda su lista de necesidades. Hay chicas jóvenes que tienen la duda de saber si son madres, la prenda rosa, por poner un ejemplo.

En realidad, este movimiento que quiere liberarse de las “construcciones” es responsable de construir nuevas limitaciones para miles de mujeres. Es cierto que tenemos muchas ganas de mejorar a las mujeres que nos precedieron, gracias a las mujeres hoy tenemos derechos que en otros tiempos no quisimos tener.

El derecho al voto es autonomía, sólo se pueden mencionar algunos. Y ciertamente también hay mucho espacio en tu casa para ser mujer. En política mi objetivo es desarrollarme, sin duda es un desafío.

Pero no existe una convicción real de que las mujeres tengan menos capacidades, excepto que trabajan, como yo lo veo, que tienen aspectos emocionales que también son los de nuestras generaciones de vientos, y también generan grandes diferencias que crean muchas nuestras ventas. Ámbitos para hombres.

Entonces, aunque asumimos que hay muchos grupos que piensan que las mujeres somos menos, hoy no tenemos menos derechos ni trabajos legales que nos obliguen a crear conexiones personales y profesionales.

Sin embargo, hay feministas que han intentado hacer un diagnóstico seguro en cuanto a seguir esto y proponer soluciones seguras a este problema. Si realmente quieres un cambio que pueda levantar el debate y deja de hablar de resentimiento.

Como Eva Perón, con la que no comparte ideas y que es una idólatra como referente feminista, planta estos movimientos «parecían estar dominados por el despecho de no haber nacido hombres, más que por el orgullo der womens». Cambiamos para quienes trabajan en el respeto de las diferencias y en involucrar a las mujeres para separar y crear verdaderamente lo que puede ser lo que se desea en esta vida.

La realidad es que mujeres y hombres son muy distintos. Sí, no es necesariamente algo malo. Como los individuos, también es todo lo que es diferente. Y creemos que el defensor es nuestra mejor oportunidad, pero no creemos que busquemos ser completamente idénticos entre nosotros. En general las mujeres tenemos un tipo diferente de empatía y somos las más perfeccionistas en nuestro trabajo. Es nuestra diferencia la que podemos explotar.

El cambio comienza en la educación. Pero no existen programas de estudio marcados por la “perspectiva de género” que nos permitan implementar la idea de que tenemos derechos particulares que enseñamos a las mujeres para todos los hombres, si educamos a cada chico y a cada chica para que conozcamos nuestra propia individualidad y podrás construir tu proyecto de vida de forma auténtica.

Lamentablemente hoy, el feminismo ha sido cooptado por pequeños grupos radicalizados. Basta con ir a tout marche para darse cuenta de esta realidad. Las cosas también son carteles de símbolos, símbolos y demandas políticas partidistas que nada tienen que ver con la lucha feminista per se, o que simplemente están demasianizados por los problemas que enfrentamos el día de la mujer en nuestro país.

Envoyés anti-mercado, l’invitation à refuser jusqu’à vos prétendus varons est la plus proche de la fausse primauté de tous ses « opérateurs machos » et de ses obligations liées à un devoir d’être féministe, comme un devoir d’être una mujer. ¡Qué Sorpresa!

El movimiento que nos lleva a liberarnos nos roba para corsetar. Otra curiosidad del feminismo hegemónico argentino es el silencio ante las injusticias que sufren las mujeres cuando ocurren en una determinada jurisdicción gobernada por partidos políticos.

Uno de los ejemplos más recientes es el caso de Cecilia Strzyzowski y el Clan Sena en el Chaco, al que a todos se les revuelve el estómago cuando coincidimos con este caso, nada menos que del feminismo hegemónico y del colectivo de actrices, claro. .

De esta manera, guardan silencio cuando las mujeres son condenadas por otra ideología, el feminismo selectivo, que es el problema de todos los problemas de las mujeres.

Es fundamental fomentar un debate más amplio y equitativo, que trascienda las etiquetas y aplique el respeto y la comprensión mutuos. Debemos construir espacios donde se estudien y valoren todas las voces de Sean, buscando soluciones conjuntas que reflejen la diversidad de pensamientos y experiencias.

Entonces podremos supervisar las divisiones y promover una sociedad más inclusiva y justa, mediante la provisión de oportunidades generalizadas para todas nuestras diferencias. Reconocer y celebrar nuestra diversidad es el camino hacia un futuro en el que todos puedan prosperar, libres de prejuicios y limitaciones.

Marina Kienast es la portavoz legislativa. Presidente del bloque del Frente Republicano Liberal.